Sí, puede obtener un control maestro para todo su sistema de dispositivos inteligentes. De hecho, esta capacidad es una característica básica que se encuentra en los aparatos de automatización del hogar. En los viejos tiempos, cuando sólo los villanos de Bond disponían de este tipo de cosas, había que cablear todo y disponer de un monitor y una interfaz especiales para controlar toda la casa.
Más tarde, las empresas especiales de seguridad doméstica entraron en escena y pudieron instalar sistemas completos de seguridad doméstica con un control principal. Y éste solía ser tu PC. Al fin y al cabo, una torre de PC puede diseñarse para ser una especie de control maestro: puedes conectar módems, altavoces, auriculares y otros dispositivos USB al PC.
Hoy en día, los dispositivos inteligentes, como las bombillas inteligentes, los termostatos inteligentes e incluso los televisores y altavoces inteligentes, pueden funcionar juntos en tándem. Sólo se necesita un concentrador. Es este hub el que actúa como mando central, y desde él puedes controlar tus dispositivos.
¿Cuáles son las formas de control maestro disponibles? Por lo general, tienes 3 opciones.
1. Smartphone. Esta es, con diferencia, la opción más popular, y por buenas razones: casi todos los interesados en la domótica se sienten cómodos con la tecnología moderna, como un smartphone. Con un smartphone, no estás limitado por diales e interruptores físicos, por lo que puedes controlar muchos dispositivos y muchas funciones de cada uno.
Además, la capacidad del smartphone de conectarse en línea a través de routers Wi-Fi le permite controlar sus dispositivos inteligentes desde cualquier lugar. Puedes estar en Tombuctú, por ejemplo, siempre que tengas acceso a Internet por Wi-Fi.
Y el control con el smartphone no tiene por qué ser manual en absoluto. Tus dispositivos inteligentes pueden programarse para utilizar los servicios de localización de tu teléfono para anotar dónde estás, y los dispositivos pueden activarse cuando llegues a casa y apagarse solos cuando te vayas.
2. Interfaz web. Es como un smartphone, pero esta vez se utiliza un PC o un portátil. Es un poco más voluminoso, por lo que no es tan móvil y no todo el mundo va por ahí llevando su portátil a todas horas. En casa, el PC puede utilizar conexiones por cable, pero incluso en modo inalámbrico permanece en el mismo lugar prácticamente todo el tiempo.
3. Controles manuales incorporados. Son los controles que se encuentran en el propio dispositivo inteligente, más bien como los diales y mandos que solían encontrarse en los televisores que también contaban con mandos a distancia. En algunos casos, también hay una pantalla táctil en el dispositivo que puedes utilizar. Es como usar tu tableta o smartphone para controlar el dispositivo inteligente, excepto que tu smartphone está pegado a la pared.
4. Mandos a distancia especiales. El problema es que si tienes un centenar de dispositivos inteligentes (o incluso una docena) difícilmente podrás llevarlos siempre contigo. Y su alcance es bastante limitado, por lo que no funcionarán en absoluto cuando estés fuera de casa o incluso cuando estés en la habitación de al lado.
Así que la lección es sencilla: utiliza tu smartphone y descarga la aplicación. En general, un dispositivo inteligente que no ofrece una aplicación no es bueno. Y si no tienes un smartphone, consíguelo primero antes de adentrarte en la domótica.