Algunos tienen sensores de movimiento, como el Nest, y otros tienen GPS vinculado a su teléfono, como el Lyric. El problema con los sensores de movimiento es que si estás viendo la televisión en el salón y el termostato está en el pasillo, pensará que no estás en casa. Con el gps, si vas a la tienda y vuelves enseguida, el termostato se retrasará, y si hace mucho calor o frío en el exterior, lo más probable es que te sientas incómodo cuando vuelvas y ni siquiera ahorres dinero.