Muchos expertos en tecnología consideran que el Internet de las cosas es la tecnología del futuro. Con la expectación y el entusiasmo creados por ella, la llegada de la tecnología móvil, las organizaciones establecidas junto con las startups están apostando por el crecimiento de esta industria. Pero, como se suele decir, toda moneda tiene dos caras: el IoT también tiene sus propios retos. Algunos analistas creen que IoT está preparado para lograr un crecimiento superior y destinado a alcanzar mayores alturas, mientras que piensan lo contrario.
Veamos cuáles son los retos relacionados con la IO.
El producto IoT puede tener una seguridad o privacidad inadecuada para los datos del usuario, ya que muchas de las aplicaciones se guardan en una sola nube de severs. Por lo tanto, sería más fácil para los hackers recuperar la información, ya que están disponibles en un solo destino.
Además, la creación de funciones según la demanda específica del cliente puede ser muy difícil. Esto se debe a la ausencia de un nicho o, mejor dicho, de una aplicación única con la IO que pueda clasificarse y modificarse según los deseos del cliente.
Hay mucha inconsistencia en los estándares ya que hay una plétora de aplicaciones trabajando en ella, por lo que un único estándar no puede definir el funcionamiento de todas las máquinas.
La creación de una aplicación específica es difícil, ya que hay una proliferación de productos de nicho que da lugar a unas condiciones de mercado fragmentadas y muy arriesgadas.
Hay muchas limitaciones tecnológicas, como los problemas de conectividad y la potencia, ya que el IoT tiene que percibir y entregar la información desde el mundo de la nube al mundo físico.
Además, como todavía se encuentra en una fase incipiente, la complejidad de la IO puede ser un duro acertijo para la mayoría de los desarrolladores y también para los expertos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que si las aplicaciones móviles se incluyen en IoT
la mayoría de sus carencias pueden resolverse fácilmente.