Estoy seguro de que hay muchos estudios de casos que ilustran el poder del IoT en escenarios industriales, así que no intentaré reducir las posibilidades buscándolas para usted.
Un escenario que me viene a la mente es desde la perspectiva de los sistemas de control industrial. Imagínese una instalación existente de una milla de lado con muchos kilómetros de tuberías, recipientes presurizados, calefacción y refrigeración y separación de fluidos, todo ello muy dependiente de sensores que controlan válvulas situadas en toda la instalación. Y cada sensor está conectado a la sala de control para que un operador lo supervise y controle. Miles de sensores… kilómetros y kilómetros de cableado.
Ahora, imagínese que los sensores inteligentes y las válvulas accionadas están disponibles para optimizar el rendimiento de toda la planta, donde una fracción de una mejora en el rendimiento y/o el tiempo de funcionamiento puede generar millones en beneficios operativos adicionales.
Si no fuera porque hay que recablear toda la instalación.
Al disponer de dispositivos inteligentes alimentados a distancia y conectados de forma inalámbrica, el tiempo de actualización de una instalación se reduce considerablemente. Los dispositivos inteligentes remotos que trabajan juntos optimizan las decisiones localizadas (temperatura, presión, flujo) proporcionando información procesable a los operadores del sistema de control central según sea necesario.