Los principales cambios están relacionados con la tecnología. Veo que muchos servicios gubernamentales se hacen en línea y son transparentes. Esto hará que la base de datos sea más fuerte y fácilmente accesible. También hay muchos servicios y aplicaciones electrónicas y móviles para la presentación de reclamaciones y el seguimiento de las mismas.
Muchas vallas publicitarias y eventos similares que nos dicen que todo va a cambiar sin ningún dolor.
Lo más importante es que el público está ahora interesado en participar en las decisiones municipales. La concienciación sobre el desarrollo de la ciudad ha alcanzado su punto álgido, aunque también podría atribuirse al aumento de los problemas, pero la ciudad inteligente, como se suele malinterpretar, ofrece la posibilidad de que los problemas se resuelvan.
El concepto de ciudad inteligente está ofreciendo un buffet de servicios en una carta de menú, y los municipios han caído en el desarrollo de la marca como proveedores de servicios de alta tecnología con aire acondicionado y conocimientos, donde los vendedores están presionando con cosas repintadas. Los consultores han abandonado la idea de la utopía y prácticamente se dedican a copiar y pegar documentación.
Puede que me falte decir que las conferencias, las aplicaciones y todo el trabajo realizado hasta ahora es una burla cómica del concepto hasta ahora, y para mi sorpresa, no tengo a nadie a quien culpar.