Sólo el volumen cúbico del espacio de una habitación dentro de una vivienda puede prestarse a ahorrar un 25% en calefacción y aire. Además, los paneles solares, las lámparas LED, un buen aislamiento y una buena hectárea de terreno cultivable junto a un arroyo pero lejos de una llanura de inundación en un clima mediterráneo no estarían de más.