Es un concepto que no sólo tiene el potencial de impactar en cómo vivimos, sino también en cómo trabajamos. Supongamos que tu coche tiene acceso a tu calendario y ya sabe cuál es la mejor ruta para tu próxima reunión. Si el tráfico es denso, el coche podría enviar un mensaje a los demás para notificarles que llegarás tarde. Hay más de 12.000 millones de dispositivos conectados en el mundo, «cosas» inteligentes. Las empresas innovadoras están adoptando la estrategia y la tecnología del IoT para replantear sus productos y servicios y redefinir sus relaciones con clientes, empleados y socios.
¿Qué es el Internet de las cosas (IoT)?
Internet comenzó con una idea sencilla: conectar ordenadores entre sí para compartir datos de diversas maneras. Desde ese humilde comienzo, la gente ha empezado a conectar más dispositivos a Internet. Esa es la base del término Internet de los objetos (IoT). El Internet de los objetos amplía la conectividad a Internet más allá de los dispositivos tradicionales, como los ordenadores de sobremesa y portátiles, los teléfonos inteligentes y las tabletas, a una red cada vez mayor de objetos cotidianos que utilizan tecnología incorporada para comunicarse e interactuar con el entorno externo, todo ello a través de Internet. Se trata de la interconexión de dispositivos físicos («dispositivos conectados» y «dispositivos inteligentes») que permiten a estos objetos recoger e intercambiar datos.
Dispositivos del Internet de las cosas
La «cosa» en Internet de las cosas (IoT) puede ser cualquier objeto que contenga la potencia de cálculo necesaria y la conectividad a Internet y tenga la capacidad de recoger y transferir datos a través de una red sin asistencia o intervención manual. La tecnología integrada en los objetos les ayuda a interactuar con los estados internos o el entorno externo, lo que a su vez afecta a las decisiones tomadas.
Aplicaciones del Internet de las cosas
La capacidad de conectar en red dispositivos empotrados con recursos limitados de CPU, memoria y energía hace que el Internet de las Cosas (IoT) encuentre aplicaciones en casi todos los campos. Algunos ejemplos ,
La automatización del hogar (también conocida como dispositivos domésticos inteligentes), como el control y la automatización de la iluminación, la ventilación, el aire acondicionado (HVAC), las aspiradoras robóticas, los purificadores de aire, los hornos o los frigoríficos que utilizan el Wi-Fi para la supervisión remota.
La tecnología vestible, que incluye relojes inteligentes, rastreadores de fitness, auriculares de realidad virtual y más…
Medio ambiente: Las tecnologías de aplicación del IoT que cuentan con sensores pueden utilizarse para controlar la calidad del aire y del agua, las condiciones del suelo o de la atmósfera, e incluso los movimientos de la fauna. Los dispositivos IoT también pueden utilizarse en aplicaciones como los sistemas de alerta temprana de tsunamis para que las autoridades puedan ofrecer respuestas y ayudas más eficaces.
Las empresas de servicios públicos hacen una evaluación de la red en tiempo real a partir de dispositivos situados en la red
Las empresas de logística diseñan una visibilidad en tiempo real de la ubicación y el estado de los activos
Infraestructuras: El IoT también puede aplicarse para supervisar y controlar las operaciones de las infraestructuras urbanas y rurales, como los puentes y las vías férreas. La IO puede ayudar a programar las actividades de reparación y mantenimiento de forma organizada.
Los fabricantes pueden predecir cuándo necesitarán mantenimiento los equipos
Las aseguradoras aumentan los ingresos mediante la supervisión de activos
Medicina y sanidad: Los dispositivos IoT pueden facilitar la monitorización remota de la salud y los sistemas de notificación de emergencias, como los monitores de presión arterial y de ritmo cardíaco.
Comercio minorista: Los minoristas crean experiencias de compra más personalizadas en las tiendas
Bancos que proporcionan mejores ofertas y más compromiso a través de los cajeros automáticos
Sin embargo, la aplicación del Internet de las Cosas (IoT) no se limita a estos ámbitos. También pueden existir otros casos de uso especializado del IoT. En función del ámbito de aplicación, los productos de IoT pueden clasificarse a grandes rasgos en cinco categorías diferentes: dispositivos portátiles inteligentes, hogar inteligente, ciudad inteligente, entorno inteligente y empresa inteligente.
Entender el funcionamiento de IoT
No es posible simplemente conectar un dispositivo a Internet y que de repente empiece a comunicarse con otros dispositivos. El Internet de las Cosas (IoT) requiere tener las piezas básicas en su sitio.
Hardware: Un dispositivo debe tener el hardware necesario para poder comunicarse con Internet.
Protocolos: Un protocolo es simplemente un conjunto de reglas. En este caso, las reglas determinan cómo se producen las comunicaciones entre dos dispositivos. Algunos ejemplos de protocolos utilizados para el IoT son SOAP y REST, además de los protocolos subyacentes, como HTTP.
Dominios: Cuando se trabaja en la nube, sigue siendo necesario tener un lugar para almacenar información de diversos tipos y proporcionar puntos de acceso a los dispositivos.
Aplicaciones: El software que se utiliza para provocar realmente la interacción entre los dispositivos determina la funcionalidad que éstos ofrecen en última instancia (dentro de su rango de acciones posibles). Antes de que un dispositivo pueda realizar cualquier tarea, debe tener un software que sepa cómo interactuar con el dispositivo.
La Internet de los objetos (IoT) ofrece un sinfín de oportunidades para las empresas y la sociedad. Es un concepto que tiene el poder de cambiar nuestra forma de vivir y trabajar. La visión del Internet de los objetos ha evolucionado gracias a la convergencia de múltiples tecnologías, como la comunicación inalámbrica ubicua, el análisis en tiempo real, el aprendizaje automático, los sensores básicos y los sistemas integrados. Las empresas que aprendan a aprovechar los datos creados por el Internet de los objetos serán las que sobrevivan y prosperen en el futuro.
Las plataformas de IoT pueden ayudar a las organizaciones a reducir los costes mediante la mejora de la eficiencia de los procesos, la utilización de los activos y la productividad, con la ayuda del torrente de datos de interacción y transacción que tienen a su disposición. Con un mejor seguimiento de los dispositivos/objetos mediante sensores y conectividad, pueden beneficiarse de conocimientos y análisis en tiempo real, que les ayudarían a tomar decisiones más inteligentes.
La realidad es que el Internet de las Cosas (IoT) permite que se produzcan un sinfín de oportunidades y conexiones, muchas de las cuales ni siquiera podemos pensar o comprender plenamente el impacto. Por el momento lo que mejor podemos hacer es educarnos en varias tecnologías de IoT y seguir experimentando con la nueva tecnología de tendencia.