A medida que la población mundial crece, la tierra cultivable se reduce y el cambio climático se acerca a un punto de inflexión que muchos expertos predicen que está a sólo unos diez años de distancia, la Internet de las Cosas podría proporcionar un respiro muy necesario a la creciente población mundial.
El Internet de las Cosas se perfila claramente como una ayuda para el medio ambiente en una variedad de formas, a pesar de que sus impactos ambientales a largo plazo no siempre están claros. Si se mira con atención, el Internet de las cosas es, por su diseño, una tecnología «verde» que puede ayudar a aliviar algunos de los efectos nocivos de las tecnologías más tradicionales.
a) Mantenimiento predictivo:
Se cita con frecuencia como un caso de uso principal para la implementación de IoT. Un enfoque del mantenimiento basado en sensores y análisis permite tomar medidas predictivas y preventivas, lo que se traduce en una reducción del tiempo de inactividad.
Proporcionar un mantenimiento justo a tiempo ahorra a las empresas una cantidad significativa de tiempo y dinero. El mantenimiento predictivo, por otra parte, tiene un importante beneficio medioambiental que es menos conocido. Ahorra combustible y mantiene los vehículos fuera de la carretera al evitar que los técnicos de reparación realicen viajes irracionales a la obra. Volver a poner en marcha la maquinaria pesada suele ser un gran derroche y una considerable pérdida de recursos, pero también mejora la vida útil de los equipos al evitar arranques y pausas innecesariamente frecuentes.
b) Edificios inteligentes:
Son estructuras naturalmente ecológicas. Las estructuras tradicionales (tontas) son, después de todo, increíblemente ineficientes. Los edificios comerciales desperdician el 30% de su energía, según una investigación británica, y la mayoría de las pequeñas empresas no cuentan con estrategias de eficiencia energética. Sin embargo, el Internet de las Cosas (IoT) ayuda a los gestores de las instalaciones en los edificios inteligentes al proporcionar datos en tiempo real sobre la utilización de recursos como la energía, el gas y el agua.
Los gestores de instalaciones pueden diseñar mejor el uso del edificio para agrupar mejor a los inquilinos comerciales ajustando automáticamente el control de la climatización y la iluminación en función de la presencia de personas. Los gestores de edificios pueden ver las estadísticas de uso de la energía a través de los sistemas de IoT y, en algunas circunstancias, pueden hacer un seguimiento de los servicios hasta el nivel de las habitaciones. Los gestores de las instalaciones pueden utilizar reglas de negocio o automatización para reducir los residuos una vez que se han reconocido.
c) Conservación del agua:
Los edificios inteligentes, por ejemplo, hacen un excelente uso de esta tecnología. Las empresas están colocando amplios sensores para detectar fugas en tiempo real y generar informes sobre patrones anteriores.
Gracias a la automatización, una empresa encontró más de 850 fugas en 2019 y ahorró más de 234 millones de galones de agua que se habrían desperdiciado. Del mismo modo, una corporación de Silicon Valley con sede en Palo Alto conservó 450.000 pies cuadrados de jardinería, ahorrando más de 3 millones de galones de agua.
d) Ciudades inteligentes:
Son una consecuencia lógica del éxito de la IO en los hogares inteligentes. Las redes de sensores permitirán vigilar la contaminación atmosférica en tiempo real, lo que permitirá detectar y resolver rápidamente problemas como la contaminación y las fuentes de fugas de gas.
Se espera que la contaminación de los automóviles se reduzca en parte gracias al Internet de las Cosas. Gracias a las cámaras o incluso al número de personas que utilizan sus teléfonos, los semáforos controlados por la IA pueden adaptarse al flujo del tráfico. Además, los coches autoconducidos reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero al conducir de forma más eficaz y predecible que los vehículos conducidos por humanos.
e) Agricultura:
El Internet de las Cosas (IoT) tiene usos vitales incluso en lugares que no son «ciudades inteligentes». Los tractores que se conducen solos, al igual que los vehículos, ya son posibles gracias al Internet de las Cosas.
Otro caso de uso emergente es el uso de sensores para controlar los cultivos a nivel granular, lo que permitirá a los agricultores aplicar cantidades precisas de fertilizante y agua en función de las necesidades de las plantas. Esto reducirá el desperdicio de agua y la sobrefertilización, dos fenómenos habituales en las operaciones agrícolas industriales. Agrisource Data ha conservado más de 770.000.000 de litros de agua al tiempo que ha aumentado el rendimiento agrícola en aproximadamente un 9%. Esta técnica está funcionando.
f) Mitigar la extinción de especies
También entra en el ámbito del Internet de las cosas (IoT). Los sensores y los drones se están utilizando para investigar el comportamiento de los animales, la migración, la alimentación y los patrones de cría, ya que la tasa de pérdida de biodiversidad mundial suele considerarse entre 100 y 1000 veces mayor que el nivel histórico.
Las soluciones para evitar la extinción de especies individuales en peligro de extinción pueden encontrarse utilizando datos históricos y en tiempo real. La caza furtiva de animales amenazados y en peligro de extinción también se desalienta con estos mismos instrumentos.
Es posible conectar sensores de infrarrojos y de vibración a redes de baja potencia en bosques y otros entornos naturales, por ejemplo. Cuando los equipos de tala entran en zonas protegidas sin permiso, la red puede notificar a los grupos y autoridades de conservación.