Internet de las cosas (IoT): red de objetos físicos, conocidos como «cosas», equipados con sensores, software y otras tecnologías que se utilizan para conectar e intercambiar datos con otros dispositivos y sistemas a través de Internet.
Diferentes personas llaman al Internet de las Cosas con nombres diferentes, pero el objetivo de IoT es el mismo en sentido amplio. Los alias del Internet de las Cosas incluyen la web de las cosas, el Internet de los objetos, la inteligencia incorporada y los dispositivos conectados.
El objetivo principal de las tecnologías de la IO es simplificar los procesos en distintos ámbitos, garantizar una mayor eficiencia de los sistemas (tecnologías o procesos específicos) y, por último, mejorar la calidad de vida. La IO pretende unificar todo lo que hay en nuestro mundo bajo una infraestructura común, dándonos no sólo el control de las cosas que nos rodean sino también manteniéndonos informados del estado de las cosas.
Hay cinco tecnologías de la IO que se utilizan ampliamente para el despliegue de productos y servicios basados en la IO con éxito:
1. identificación por radiofrecuencia (RFID)
2. redes de sensores inalámbricos (WSN)
3. El middleware;
4. computación en la nube;
5. Software de aplicación de IoT.
Hay tres categorías principales de IoT para aplicaciones empresariales:
1. supervisión y control ,
2. big data y análisis de negocio ,
3. intercambio de información y colaboración.
Las áreas de aplicación más importantes y de mayor progreso de IoT están relacionadas con la industria y el concepto de ciudad inteligente. El transporte, la gestión inteligente de la energía en los edificios o la gestión de las redes eléctricas, así como el sector de la agricultura, son también prometedores y tienen un potencial importante.