«IoT» significa «Internet de las cosas». «Cosas» son dispositivos que no parecen ni actúan como ordenadores: timbres, termostatos, frigoríficos, etc. Es un «sistema» que funciona dentro de una red.
IoT es un método para combinar las funciones de estas cosas en un sistema de control: El sistema de seguridad de tu casa le dice a tu termostato que no hay nadie en casa, así que apaga la calefacción o la refrigeración. El termostato consulta el Servicio Meteorológico Nacional a través de Internet y determina que la vuelta a la temperatura normal tardará más (o menos) de lo habitual. También comprueba con el sistema de seguridad de la casa a qué hora llegas normalmente a ella, para saber cuándo tiene que volver a encender la calefacción (el aire acondicionado).
El mando de la puerta del garaje «oye» la señal del mando a distancia para abrir la puerta, pero primero comprueba con el sistema de seguridad de la casa si se trata de tu coche y si normalmente llegas a casa a esa hora.
Tu frigorífico detecta que el zumo de naranja está bajo, así que añade «zumo de naranja» a tu lista de la compra en el móvil.
Suena bien, ¿verdad? ¿Qué podría salir mal?
Tu nevera detecta que te has tomado seis cervezas, así que le dice a tu mando del garaje que se apague durante 12 horas. También le dice a tu coche que no funcione durante 12 horas. El sistema de seguridad de la casa sabe que te fuiste a la cama después de esas cervezas, así que en seis horas activa tu despertador, despertándote para ir al baño…