La «Internet de los objetos» se refiere a una amplia variedad de posibles aplicaciones de la aplicación de redes y capacidad de procesamiento baratas a casi cualquier objeto ordinario que no tenga tradicionalmente potencia de cálculo o conectividad de red. Los ejemplos podrían incluir:
Dispositivos «inteligentes» para el hogar: frigoríficos que controlan la comida y piden más cuando se acaba, sistemas de iluminación automáticos (tanto en grandes edificios comerciales como en casas), control y vigilancia, como las cámaras Ring para puertas o los sistemas de detección de CO2 y humo vinculados a los sistemas de seguridad, abridores de puertas de garaje que se pueden controlar a distancia, supervisar o recibir una alerta cuando se abren.
Tecnología médica y de la salud: sensores y dispositivos de control en casa (por ejemplo, integrados en la cama) o en su persona para vigilar su salud (presión arterial, pulso, oxígeno en sangre, azúcar en sangre, etc.), registrar esa información y pedir ayuda si la necesita.
Transporte – coches y camiones inteligentes, y sistemas asociados junto con la conocida conducción, como la gestión de aparcamientos o los vínculos del sistema de logística y carga para gestionar la carga y reprogramar cuando se producen retrasos en el tráfico; supervisión de infraestructuras como puentes para anticipar fallos y reparaciones.
Agricultura automatizada: control del tiempo, muestreo del suelo para aplicar con precisión los productos químicos agrícolas o el agua para una mayor eficacia y eficiencia, control del ganado, etc.
En resumen, un término general para convertir cualquier conjunto de «cosas» relacionadas en una nueva colección de dispositivos «inteligentes», automatizados y con sensores.