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«El universo no está obligado a estar en perfecta armonía con la ambición humana».
Carl Sagan
La ciudad inteligente es una nueva identidad creada por nuestra vida corporativa. Es probable que tengamos algunos retos en la tendencia global de las ciudades inteligentes. Hay algunos puntos clave: la tecnología nos ayuda a tener mejores ciudades y a proporcionar un entorno más ecológico. Pero la inteligencia definitiva la creamos nosotros, no nuestros «yo, robots». Partes de las funciones de nuestro cerebro pueden perder su rendimiento por culpa de la tecnología urbana. Al igual que el desastre que Internet ha provocado en nuestros cerebros.
Si no lideramos adecuadamente el paradigma actual de las ciudades inteligentes y nos movemos en la dirección correcta, nuestro comportamiento colectivo puede cambiar muy severamente. El punto crítico es que si no es una nación inteligente, sigue siendo un contribuyente significativo al calentamiento global, a la contaminación del aire, a la degradación del medio ambiente, a la quema de bosques y a la depresión de niños, adolescentes y ancianos. La inteligencia humana es un concepto filosófico, biológico, ontológico y psicológico que se complementa con la tecnología en una estructura social. Es decir, cuando las tecnologías avanzadas se aceleran a través de la vida universal, la inteligencia se convierte entonces en una civilización.
Pero si la inteligencia colectiva conduce a la integración, podremos seguir viviendo de una nueva forma diferente. En esta nueva forma de pensamiento y vida, podremos incluso vivir pronto en el ámbito espacial e interplanetario. Pero lo más importante de las ciudades inteligentes es la convergencia global del comportamiento bien pensado con los fenómenos. Sabemos que la tecnología hace que las ciudades sean más inteligentes, ¡no nosotros! En las próximas décadas, debemos llegar a una visión compartida del mundo sobre el medio ambiente, la naturaleza, la contaminación y el calentamiento.
Podemos esperar que, en el mejor de los casos, las ciudades inteligentes que se apoyan en la tecnología nos proporcionen un clima productivo. Pero la sabiduría y la inteligencia definitivas están relacionadas con la educación. Si queremos conocer la verdad, tenemos que abandonar el fanatismo injustificado, el orgullo, el monopolio, la agresión, la codicia y el exceso. Estos son probablemente los elementos esenciales de la inteligencia que deben observarse en toda ciudad y pueblo inteligente para no destruir nuestras vidas y las de otras criaturas.
Si observamos el arquetipo de la humanidad en el pasado, nos damos cuenta de que los humanos no somos sabios con la tecnología. En cambio, necesitamos cultivar la inteligencia y la sabiduría en nuestro interior. Construiremos ciudades inteligentes, pero nuestra inteligencia humana depende de que elijamos las cualidades morales y los atributos espirituales adecuados.
¡Imagina tus momentos como un Voyager One! ¿Qué tan lejos estás de tu casa? ¿En qué soledad y oscuridad lejos del sol, la tierra, el agua, el ser humano y el oxígeno, qué buscas y qué es importante para ti en ese momento? ¿Es algo más que el amor a la vida y a la humanidad?
Las ciudades inteligentes deben proporcionar un camino para la sabiduría, el amor y la vida justa.
Esa es la mejor clase de inteligencia.
Tenemos que hablar mucho sobre el futuro del hombre. Muchas gracias por esta pregunta conceptual
Futurista Esmaeil Rahimi
